La ciudad brasileña de
Río de Janeiro se prepara para llevar a cabo el domingo "la mayor
operación de seguridad de su historia". Miles de policías se movilizarán para
garantizar el orden público en la final del Mundial de fútbol. Argentina y Alemania disputarán el domingo 13 de julio la tercera
final de la historia entre ambas selecciones en un Mundial de fútbol. Al menos once jefes de Estado y 74.000 hinchas
acudirán al estadio Maracaná y se espera que el ambiente en las calles de la
ciudad sea eufórico. Por eso, la Policía de Río de Janeiro se está preparando
para evitar cualquier tipo de incidente.
"Es la mayor operación de seguridad que
la ciudad y el país han visto. Es una gran responsabilidad no solo organizar la
final del Mundial sino también tener tantas autoridades y visitantes
extranjeros en el evento", aseguró el secretario de Seguridad Pública del
estado de Río de Janeiro, José Mariano Beltrame. Se desplegarán más de 25.000 agentes y dentro del
Maracaná habrá 1.500 guardias privados contratados por la FIFA.
Los policías tratarán de garantizar que las posibles movilizaciones anunciadas
por algunos grupos sociales se desarrollen con normalidad y evitar posibles
disturbios durante y después del partido. "Contamos con un plan de seguridad tan
detallado para la final que estamos seguros de que mantendremos el nivel de
excelencia conseguido durante todo el Mundial", afirmó el ministro
brasileño de Justicia, José Eduardo Cardozo.
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