La decisión está motivada por la
situación que rodea al aeropuerto de Tripoli,
según el portavoz del Gobierno, Ahmed Lamine. El aeropuerto fue atacado el
lunes por rebeldes radicales, que lanzaron decenas de cohetes Grad. En
resultado, dos soldados murieron y el 90% de los aviones estacionados allí han
quedado destruidos. En particular resultó dañada la torre de control, la
pista de aterrizaje y la sala de control de aduanas. Además, el fuego causó un
incendio en el territorio del aeropuerto, destruyendo varios vehículos de servicios
de mantenimiento técnico. Tres años después de la muerte del coronel Muammar
Gaddafi, la lucha entre numerosos grupos armados rivales por el poder sigue en
curso en Libia, que aún no ha
podido establecer un Gobierno firme y aceptado por todas partes en
conflicto.
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